Dos poemas.

Tu cuerpo
El templo de mi angustia
hogar de mi perversión;
muchas veces mientras te hacia agua y vapor
dudaba de mi existencia
Y la ansiedad
me revolcaba por el suelo.
De tu cuerpo siento el miedo
y un escalofrio que me quema las manos;
provoca romper mi cabeza
cada vez que pienso
en los que te tendran hecha nada en sus manos.

En lo mas blando de tu centro
probe el agua sucia y agria de mi
felicidad.

(ahora mellada por el hielo).

Y en las montañas lechosas
de tu pecho
descansa lo mas
de mi furia edípica.
Hize de tus senos
una fiesta de lujuria
y semem.

Veo todavia la cara
el dolor
el placer
la violencia mortal
que se apropiaba de tu rostro
cúando te hinchaba de vida.

Siento tu gemido en mi oreja
tu grito animal,
tu cara de ultimo dia.

Placer total,
muerta voluntaria.


Justo antes de dormirme
en ese instante sin tiempo,
me mareo,
caigo paralizado
extenuado
y preso del calor,
del vacio dinámico de la asfixia.

Me hago uno con el colchon de arena;
mi cerebro pide paz
me obliga la visión
y veo nada en lo negro.

Ahí cúando la angustia es ley
y me rindo
pidiendole Fe a la noche
-duermo,
Olvido.